Los relatos sobre la guerra en colombia cuentan que en la década de los 50 los muertos se recogian en volquetas. Eso, cuando los chulos corrían con suerte, pues otra modalidad que utilizaban los bandos en contienda era arrojar los muertos al rio. "El Cauca se tiñó de rojo durante la Violencia", de eso pueda dar fe cualquier madre, padre, abuela o abuelo de nosotros que haya vivido cerca al Cauca o que como cualquier colombiano, tenga en su memoria relatos sobre la guerra.
La contienda fue brutal. El ala más ortodoxa y elitista de la iglesia, nunca condenó los crimenes de los conservadores a los liberales, y en las "santas iglesias" se oia: "destruir a los aliados del monstruo rojo que quiere invadir a nuestro pais". Los libros de Alfredo Molano, las investigaciones de Orlando Fals Borda, las diátribas de Fernando Vallejo, todas ellas sirven para entender ese periodo de la historia. Para nosotros, el corte de franela puede significar cualquier técnica de la modista del barrio, pero para los 50 el corte de franela consistía en un corte en la base del cuello, como una camiseta; existía también el corte de corbata, que hacía aparecer la lengua a través de un corte en el cuello)y el macabro corte de florero, en el cual los brazos y piernas eran colocados en el lugar de la cabeza, en una suerte de perverso “arreglo floral”.
La muerte fue tanta que los historiadores no se ponen de acuerdo en las cifras.
Algunos hablan de 200.00 otros de 300.000. Al parecer, una diferencia de 100.000 muertos
para un pais carnicero como este, no es motivo de mucha preocupación. Pero ¿quienes pusieron esos muertos? pues fácil, el pueblo. O mejor, todos, menos esa pequeña burguesía que controla, ha controlado y controlará al pais. En un montaje teatral que fue censurado en la década de los setenta, Los años sincuenta, un canto llanero cuenta:
"ganaderos y baquianos, gamonales y encargados, todos llaneros tempaldos, opusieron a la muerte su coraje y su valor, contra aquellas injusticias que el gobierno desató, pero esta matanza fiera no era de azules y rojos, era puebo contra pueblo era hermano contra hermano"
Total la guerra se acabó en España, en un brindis con whisky del fino se selló el pacto
de Benidorm. Lauranito Gómez y Alberto Lleras Camargo, dijieron, pues ya la guerra como
que nos esta es perjudicando a noostros, necesitamos repartirnos este pais, miti pa usted,
miti pa mi, y pues, si desde hace años venimos echándole candela al fuego de la guerra con
nuestros discursos, firmemos ya la paz. Asi sencillito, cuenta la historia se arregló esto, o se empeoró. El caso es que a eso, a pacto de la élite criolla y chibchombiana, nos huele la marcha del 04 de febrero, a grandes gurpos económicos alentando a la gente a que se pronuncié y haga historia, pero en favor de los problemas que a ellos como grupos hegemónicos los perjudican.
Positivo que el pueblo marche, más positivo aun que lo haga contra la violencia
pero antes de salir, preguntémonos ¿ defendemos la paz o legitimamos la guerra?
La contienda fue brutal. El ala más ortodoxa y elitista de la iglesia, nunca condenó los crimenes de los conservadores a los liberales, y en las "santas iglesias" se oia: "destruir a los aliados del monstruo rojo que quiere invadir a nuestro pais". Los libros de Alfredo Molano, las investigaciones de Orlando Fals Borda, las diátribas de Fernando Vallejo, todas ellas sirven para entender ese periodo de la historia. Para nosotros, el corte de franela puede significar cualquier técnica de la modista del barrio, pero para los 50 el corte de franela consistía en un corte en la base del cuello, como una camiseta; existía también el corte de corbata, que hacía aparecer la lengua a través de un corte en el cuello)y el macabro corte de florero, en el cual los brazos y piernas eran colocados en el lugar de la cabeza, en una suerte de perverso “arreglo floral”.
La muerte fue tanta que los historiadores no se ponen de acuerdo en las cifras.
Algunos hablan de 200.00 otros de 300.000. Al parecer, una diferencia de 100.000 muertos
para un pais carnicero como este, no es motivo de mucha preocupación. Pero ¿quienes pusieron esos muertos? pues fácil, el pueblo. O mejor, todos, menos esa pequeña burguesía que controla, ha controlado y controlará al pais. En un montaje teatral que fue censurado en la década de los setenta, Los años sincuenta, un canto llanero cuenta:
"ganaderos y baquianos, gamonales y encargados, todos llaneros tempaldos, opusieron a la muerte su coraje y su valor, contra aquellas injusticias que el gobierno desató, pero esta matanza fiera no era de azules y rojos, era puebo contra pueblo era hermano contra hermano"
Total la guerra se acabó en España, en un brindis con whisky del fino se selló el pacto
de Benidorm. Lauranito Gómez y Alberto Lleras Camargo, dijieron, pues ya la guerra como
que nos esta es perjudicando a noostros, necesitamos repartirnos este pais, miti pa usted,
miti pa mi, y pues, si desde hace años venimos echándole candela al fuego de la guerra con
nuestros discursos, firmemos ya la paz. Asi sencillito, cuenta la historia se arregló esto, o se empeoró. El caso es que a eso, a pacto de la élite criolla y chibchombiana, nos huele la marcha del 04 de febrero, a grandes gurpos económicos alentando a la gente a que se pronuncié y haga historia, pero en favor de los problemas que a ellos como grupos hegemónicos los perjudican.
Positivo que el pueblo marche, más positivo aun que lo haga contra la violencia
pero antes de salir, preguntémonos ¿ defendemos la paz o legitimamos la guerra?
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