Esta es una ecuación muy a la colombiana: el periodista criollo más galardonado a nivel internacional es a la vez el periodista con mayores amenazas contra su vida en estos momentos. ¿Libertad de expresión? Que lujo de país
Sus documentales, con un nombre que deja poco a la imaginación, CONTRAVIA, son transmitidos por los canales nacionales y regionales (muy pocos realmente, habrá que preguntarle a Caracol y RCN qué es lo que no les gusta de CONTRAVIA) en horario XXX. Hay que chuparse las novelas, el noticiero, a Jorge Barón, a televentas, el corin tellado, de todo pasa, hasta que por fin llegan las once o a veces doce de la noche y entonces ahí empieza CONTRAVIA. Miren la lógica del asunto: quienes diseñan las parrillas y programación de los canales piensan que es mucho mejor que las familias colombianas, los niños y niñas, los padres y madres, las empleados y los empleados, las y los jóvenes, se acuesten y cuidadito no vayan a enterarse de la realidad del país ¡eso si, vean novelas y balas antes de dormir…dulces sueños…¡
Hablamos de Hollman Morris, con quien hace poco hablamos en el parque del periodista en Medellín. Comiendo empanadita de 800 pesos (las pusieron muy caras) nos contaba que su trabajo, admirado por muchos por su riesgosa labor periodística al introducirse en los escenarios de la guerra colombiana, y retomar los testimonios de las victimas, esta en crisis por falta de billete. Business de las industrias culturales y de los medios de comunicación, para quienes la palabra responsabilidad social parece solamente adornar sus discursos en las entrevistas.
Producir un documental le vale a Hollman algunos millones, entendible, los recursos técnicos, el transporte, la papita, la logística, la edición…pero aplicándole matemática al asunto, se producirían cientos de CONTRAVIAs si se destinaran los recursos que en un día invierte el gobierno colombiano en su guerra, mal llamada Seguridad Democrática.
En este contexto marcado por conflicto armado colombiano, que sólo se atreve a negar el presidente, el periodismo independiente esta amenazado. Hollman se ha convertido, nuevamente, en una de esos cerebros colombianos que salen del país, porque si no lo hacen, pailas. Lo amenazaron aquellas fuerzas que hoy día juran arrepentirse de sus crímenes en los salones de la justicia colombiana, lo amenazaron los paracos ¿acaso no se habían desmovilizado? Para pensarlo dos veces.
Desde Calle Controversia, nuestro mensaje de solidaridad a un mancito de corazón valiente, seguro Colombia no desaparecerá de la mente de este luchador, donde quiera que vaya.
Sus documentales, con un nombre que deja poco a la imaginación, CONTRAVIA, son transmitidos por los canales nacionales y regionales (muy pocos realmente, habrá que preguntarle a Caracol y RCN qué es lo que no les gusta de CONTRAVIA) en horario XXX. Hay que chuparse las novelas, el noticiero, a Jorge Barón, a televentas, el corin tellado, de todo pasa, hasta que por fin llegan las once o a veces doce de la noche y entonces ahí empieza CONTRAVIA. Miren la lógica del asunto: quienes diseñan las parrillas y programación de los canales piensan que es mucho mejor que las familias colombianas, los niños y niñas, los padres y madres, las empleados y los empleados, las y los jóvenes, se acuesten y cuidadito no vayan a enterarse de la realidad del país ¡eso si, vean novelas y balas antes de dormir…dulces sueños…¡
Hablamos de Hollman Morris, con quien hace poco hablamos en el parque del periodista en Medellín. Comiendo empanadita de 800 pesos (las pusieron muy caras) nos contaba que su trabajo, admirado por muchos por su riesgosa labor periodística al introducirse en los escenarios de la guerra colombiana, y retomar los testimonios de las victimas, esta en crisis por falta de billete. Business de las industrias culturales y de los medios de comunicación, para quienes la palabra responsabilidad social parece solamente adornar sus discursos en las entrevistas.
Producir un documental le vale a Hollman algunos millones, entendible, los recursos técnicos, el transporte, la papita, la logística, la edición…pero aplicándole matemática al asunto, se producirían cientos de CONTRAVIAs si se destinaran los recursos que en un día invierte el gobierno colombiano en su guerra, mal llamada Seguridad Democrática.
En este contexto marcado por conflicto armado colombiano, que sólo se atreve a negar el presidente, el periodismo independiente esta amenazado. Hollman se ha convertido, nuevamente, en una de esos cerebros colombianos que salen del país, porque si no lo hacen, pailas. Lo amenazaron aquellas fuerzas que hoy día juran arrepentirse de sus crímenes en los salones de la justicia colombiana, lo amenazaron los paracos ¿acaso no se habían desmovilizado? Para pensarlo dos veces.
Desde Calle Controversia, nuestro mensaje de solidaridad a un mancito de corazón valiente, seguro Colombia no desaparecerá de la mente de este luchador, donde quiera que vaya.
1 comentario:
te felicito por tú comentario y hojala que el periodismo alternativo siga su macha desde cualquier lugar del mundo. En Colomnbia la depobres y la de ricos es necesario que siempre exista alguien que haga con su conocimiento REVOLUCIÓN.
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